El principio de Pareto, también conocido como la regla del 80/20, es una observación de que en muchos casos el 80% de los resultados puede ser explicado por el 20% de las causas.
El 20% más rico concentra el 80% de las riquezas.
El 20% de los jugadores meten el 80% de los goles.
El 20% de los criminales producen el 80% de los crímenes.
El 20% de la población consume el 80% de los recursos médicos.
Existen otras leyes de potencia similares, por ejemplo, el 1% de los usuarios de internet producen el 99% del contenido. La idea es que un grupo pequeño es responsable de gran parte de los resultados.
El principio de Pareto se encuentra presente en muchos campos. Es muy común en los campos de producción humana que requieren inteligencia y creatividad. También se encuentra en la naturaleza y el universo. Por ejemplo, la distribución de masa de las estrellas se encuentra afectada por este principio. Es una distribución que siempre aparece como consecuencia del interés compuesto.
Cuando una estrella empieza a acumular un poco más de masa que otras su fuerza de gravedad aumenta. Esto le permite quitarles potenciales fuentes de masa a otras estrellas o incluso absorber a algunas de ellas. Cuando das un servicio mejor que tu competencia, te empiezan a recomendar más y le quitarás clientes a tus competidores. El crecimiento exponencial hace que la competencia sea asimétrica, los exitosos tomarán recursos cada vez más rápido haciendo las cosas cada vez más difíciles para el resto. Esto no tiene nada que ver con justicia ya que no es una creación humana. Es una ley inherente de nuestro universo que está presente en todo. En vez de hacer un patético intento de ir en contra de la realidad, lo mejor es entenderla y actuar en consecuencia.
Este principio muestra como el éxito y el fracaso no aparecen de forma lineal. Cuando eres recompensado por realizar las acciones correctas, las recompensas traen consigo nuevas oportunidades y la probabilidad de más y mejores recompensas en el futuro. Esta característica de Pareto incluso aparece en la biblia “Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo poco que tiene le será quitado”. Cuando haces las cosas bien el potencial es inmenso, cuando haces las cosas mal lo inmenso es el peligro. Los extremos del éxito y el fracaso te absorben cuando te acercas a ellos, debes tener mucho cuidado de ir en la dirección correcta.
Aunque el principio de Pareto muestra una dura realidad sobre la competencia con otros, también enseña una forma más eficiente de lograr objetivos. Para utilizar este principio de forma práctica debes identificar ese 20% más importante y aprender a enfocarte en él. Esto te ayudará a ser más eficientes a la hora de resolver problemas, debes aprender a identificar y priorizar las acciones que son las más útiles para lograr tus objetivos. Esto es lo que tomé en cuenta para escribir Los Hábitos Alfa, el 20% de los hábitos que te dan el 80% de los resultados.
Si usas este principio en varias áreas de tu vida evitaras los retornos decrecientes de la sobre especialización. Liberarás más tiempo en una cosa que puedes invertir en el 20% más importante de la otra.
No necesitas ser un fisiculturista para mantenerte en forma, ni una rata de biblioteca para adquirir conocimiento útil que te ayude a vivir mejor. No necesitas ahorrar cada centavo, ni realizar la inversión perfecta. Solo tienes que hacer lo básico con constancia.
Evita los alimentos procesados, lee los libros que pasaron la prueba del tiempo, entrena fuerza 2 o 3 veces por semana, no pidas prestado y elimina gastos recurrentes más elevados. No necesitas tanta cosa, necesitas solo unos pequeños esfuerzos sinceros.
Muchas gracias. Olvidarse de la perfección, lo importante es iniciar y no perder el tiempo en tonterías o detalles irrelevantes.