La intensidad es el grado de esfuerzo y concentración con el que se realiza una acción. Todos nuestros hábitos tienen 3 elementos: frecuencia, volumen e intensidad. La frecuencia es que tan seguido realizamos el hábito. El volumen es durante cuánto tiempo, una hora, dos horas, etc. Las personas suelen poner mucho peso sobre la frecuencia y volumen de sus hábitos, pero suelen olvidar el factor intensidad. A muchos les gusta quedarse hasta tarde en el trabajo o pasar dos horas en el gimnasio, pero sin la intensidad adecuada no logran sus objetivos.
Tus resultados son producto de una combinación de intensidad, volumen y frecuencia. Cuando los resultados no hablan por sí solos las personas intentan hacer creer a los demás de que se esfuerzan incrementando el volumen o la frecuencia. Por esta razón muchas personas pasan tantas horas en el trabajo. En realidad, no producen más, solo intentan mandar señales a sus jefes y compañeros de que son buenos trabajadores. Estos “buenos trabajadores” luego tienen hijos mal criados y problemáticos, pero se excusan en que no tienen tiempo para pasar con ellos porque trabajan mucho. La realidad es que incluso en el poco tiempo que pasan con sus hijos no ponen la intensidad necesaria, no les prestan atención y están más pendiente de sus celulares y otras distracciones que de sus hijos. Los “buenos trabajadores” pueden encontrar algo de tiempo para hacer ejercicio, pero lo harán sin intensidad y se excusarán en que no tienen más tiempo y está es la razón por la que no pueden mejorar su físico. La falta de intensidad va arruinando todos los aspectos de su vida uno por uno.
La intensidad te permite lograr mejores resultados utilizando menos tiempo. Además, le pone un límite a la frecuencia y el volumen, te permite parar cuando tu cuerpo o mente no pueden seguir y necesitarás tiempo para recuperarte y empezar de nuevo. Por ejemplo, si levantas pesas sin retarte a ti mismo el entrenamiento parará porque ya no tienes tiempo o porque lo decidiste arbitrariamente. Si en cambio entrenas esforzándote tendrás que parar porque ya no puedes realizar más repeticiones, tus músculos te detendrán porque están agotados. Este es en realidad el objetivo del entrenamiento. El objetivo no es hacer 20 series o entrenar 2 horas, es llevar a tu cuerpo al límite para que se recupere volviéndose más fuerte. La intensidad es la mejor forma de acercarnos a estos límites en el estudio, trabajo o ejercicio.
Realizar acciones con intensidad cuando estás motivado es fácil, pero no siempre estarás así. Para forzar la intensidad cuando no estés motivado necesitas dos cosas: aprender a sufrir y a concentrarte. Por suerte soportar el sufrimiento es una habilidad como cualquier otra, la forma más sencilla de desarrollarla es mediante el ejercicio físico. Cada repetición que haces cuando el dolor parece insoportable, cada sprint cuando tu mente te pide que pares te hará mejor sufriendo. Con el tiempo podrás soportar más cosas sin rendirte fácilmente en cualquier ámbito de tu vida. Para mejorar tu capacidad de concentrarte la mejor práctica es el Mindfulness y acostumbrarte a hacer una cosa a la vez. Cuando vayas al gimnasio, ve al gimnasio y olvida todo lo demás, igual cuando hagas el deporte que te gusta, cuando escribas, cuando leas, cuando estés con tus amigos, cuando trabajes, etc. Haz una cosa a la vez, pero hazla intensamente y hazla bien.
Práctica deliberada y consciente siempre!
Gran post! 👌
Gracias por el intenso boletín. jajajajajaj
Muchas gracias por ayudarnos a comprender los procesos para ser más eficientes.
Creo que en la parte laboral si aplicamos la intensidad podemos liberar tiempo para otras cosas, ya sean del mismo trabajo o para alguna actividad personal, sin mencionar la frecuencia y el volumen, ya que estas son obvias en el trabajo, pero la intensidad es la clave para ser cumplidos con nuestros deberes, para liberar espacios y disfrutar mejor de cada momento.