Cómo dejar de hacer algo (o empezar a hacer algo difícil)
Si eres adicto a una droga fuerte (el alcohol está incluido) este artículo no podrá ayudarte. Busca ayuda profesional.
No tengo una personalidad adictiva, por lo que no pienso ser un experto en el tema. Si tuviera una adicción fuerte y peligrosa como la adicción a una droga, el juego o el alcohol lo que haría es buscar ayuda de alguien que ha ayudado a cientos de personas en el pasado. Es decir, un profesional o un programa que ha demostrado una buena tasa de éxito como el programa de los 12 pasos. Si lo que quieres es dejar una adicción más ligera o dejar unos malos hábitos, sigue leyendo.
Me suelen preguntar como dejar de ver porno, comer comida chatarra, jugar video juegos o cosas así. Para responder esta pregunta leí a neurólogos, psicólogos y exadictos. Lo que te puedo decir es que hay una gran diversidad de métodos y una gran diversidad de cosas a las que puedes volverte adicto.
Hay métodos extremos donde cortas por completo tu fuente de placer. Es necesario usar trucos complicados como cambiar de ambiente, dejar de ver a algunas personas y cosas así. Se busca evitar luchar contra los gatillos que despiertan tu adicción. El método del que te hablaré yo es más simple, aunque no sé si más fácil.
Leyendo a Jordan Peterson me di cuenta de que en su práctica usa un método parecido al que yo uso para empezar a hacer cosas difíciles. Tiene sentido, dejar de hacer algo fácil es lo mismo que empezar a hacer algo difícil. El método que yo uso lo llamo método Kame, que significa tortuga en japones. Para la mitología japonesa la tortuga es un símbolo de perseverancia e inmortalidad. Este método consiste en realizar cambios pequeños, pero permanentes.
Mi consejo es que rompas lo que quieres dejar de hacer en objetivos más pequeños. Te dejo algunos ejemplos:
Objetivo idealista: Quiero dejar de ver porno.
Objetivo realista: Veré porno máximo 2 veces a la semana.
Objetivo idealista: Quiero dejar de comer comida procesada.
Objetivo realista: No comeré nada de procesada en los desayunos de lunes a viernes.
Objetivo idealista: Quiero dejar el azúcar.
Objetivo realista: Empezaré a tomar Coca Cola light en vez de normal y le pondré la mitad de azúcar al café.
Como verás los objetivos realistas son cosas pequeñas que probablemente no arreglen tus problemas de inmediato. No tienes que hacer el cambio rápido, tienes que hacerlo para siempre. La clave es ponerte un objetivo que sepas que tienes la capacidad de cumplir por el resto de tu vida.
Deja de mentirte, no vas a ser perfecto de la noche a la mañana. Ponte un objetivo fácil (sé que muchos recomiendan lo contrario, pero para mí se equivocan). No importa que tan patético e inútil parezca, necesitas esas pequeñas victorias. Lo que pasará es que lo cumplirás y después de un tiempo podrás ponerte un objetivo un poco mejor.
La gente que se pone objetivos difíciles los suele cumplir por unos días y luego los deja. Vuelven al mismo nivel al que empezaron. Con el método Kame avanzarás lento, pero no recaerás, siempre estarás mejor que cuando empezaste.
Una vez que te pongas tu primer objetivo realista cúmplelo al menos por 2 meses. Si no puedes ponte un objetivo más pequeño. Las primeras 2 semanas serán las más difíciles, después de 2 meses sentirás que es demasiado sencillo y podrás mejorar tu objetivo un poco. Por ejemplo, en el caso del porno de ver 2 veces a la semana puedes pasar a una. Y así seguir avanzando hasta dejarlo por completo.
Estoy seguro de que este método funciona para hacer cosas difíciles como empezar a hacer ejercicio, meditar, leer, escribir, etc. Te aconsejo que lo pruebes, tiene sentido que funcione para dejar de hacer cosas también.
Para terminar, te contaré una anécdota de un cliente de Jordan Peterson. Este tipo vivía en un ambiente sucio y desordenado porque no podía dejar de procrastinar. Jordan le pidió que se ponga un objetivo pequeño para mejorar su situación. El cliente dijo que aspiraría la alfombra de su cuarto (hace años que no lo hacía). Jordan le dijo que está bien que vuelva en una semana y le cuenta como le fue. A la semana volvió y le dijo la verdad. No pudo hacerlo. Tomo la aspiradora y la llevo hasta la puerta de su cuarto. La dejó ahí y se puso a ver tele. Durante el resto de la semana tuvo que pasar por arriba de la aspiradora para entrar a su cuarto, viviendo en un ambiente aun más desordenado que antes.
Jordan le dijo que se pusiera un objetivo más pequeño, no importa que tan patético. Algo que si pudiera cumplir. Al final llegaron al acuerdo de que el cliente solo metería la aspiradora al cuarto, la enchufaría y luego la desenchufaría. Y así empezaron a trabajar con el cliente semana a semana hasta que se volvió un adulto funcional.
Te cuento esta anécdota para que no te sientas mal si tus primeros pasos son diminutos. Solo importan dos cosas: que lo puedas hacer por el resto de tu vida y que sea mejor que lo que haces ahora. Se que puedes hacerlo. Resiste y persiste.